domingo, 15 de diciembre de 2013

Una historia extraña

 Paso un día normal, dos empleados (vamos a llamarlos Alberto y José), salían de su trabajo en una plaza mas o menos conocida. Ellos trabajaban todo el día, pues la empresa donde laboraban así lo exigía. El cansancio se les veía en los ojos, y sus músculos ya no daban para mas.

Salieron de su lugar de trabajo, caminaron un poco pues lo único que querían era llegar a su casa, Alberto se la pasaba criticando a su jefe, pues para el resultaba una maldita explotación trabajar todo el día, José en cambio lo tomada todo con mas calma y a cada queja el respondía con un chiste.
Cuando pasaban por la sucursal de Mc Donalds de Plan de Ayala, tomaron la decisión de que tenían que tomar un descanso antes de continuar a su destino, Alberto se sentó en la banca, donde es bien sabido que en cada banca de Mc Donalds, hay un inofensivo muñeco de Ronald, ahí esta con su sonrisa y con un brazo extendido invitándote a tomarte una foto con el.
Alberto estaba ahí descansando y José estaba parado junto a el, reían y bromeaban entre ellos, Alberto disfrutaba de una lata de coca cola. José le contaba chiste que de sobra sabia que le encantaban a Alberto, pues no paraba de reír en cada chiste.
De repente Alberto bostezo y se estiro, cuando volvió a su posición normal dijo:
Estoy muy cansado
Sin que ninguno de los dos lo esperara, una voz extraña y cavernosa le respondió:
Yo también
Ambos intercambiaron miradas de asombro, ¡El payaso había hablado! ¡Había movido la boca! Demasiado tétrico para soportarlo. El pobre Alberto cayó allí mismo, victima de un infarto fulminante. José huyo despavorido, no daba crédito a lo que acababa de escuchar. Se desploma en su loca carrera. Despierta en un hospital, lo único que atina a decir es:
Payaso habló, lo juro
Cae en un coma, y muere días después. Cuando recogen el cuerpo de Alberto que yace inerte junto a la tétrica figura surge una nueva incógnita...


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